Gerardo, quien con esfuerzo logró a ser gerente de una Banco y lograr un gran pasar económico; tomo con su mujer la determinación de vender todo y construir una casilla rodante con un colectivo Mercedes Benz y comenzar a recorrer el mundo con sus tres hijos pequeños.
“La vida está en las cosas simples. Está en el ser y no en el tener” Gerardo
Gerardo con mucho esfuerzo logró en su vida estudiar y lograr ingresar a trabajar en un banco, donde con mucho esfuerzo y dedicación logró 15 años después llegar a ser gerente del mismo.
Esto le permitió lograr un buen pasar económico que si bien le daba acceso a todo lo necesario para él y su familia, compuesta por su esposa y tres pequeños hijos; no lograba llenar un deseo. Recorrer el mundo.
Fue un planteo que le presentó a su esposa, a la cual al consultarle que le gustaría hacer en la vida, le planteo el crear un hogar para niños.
Fue así que tomaron la determinación de salir en búsqueda de sus sueños, primero saliendo a recorrer el continente, poniéndose como objetivo máximo Alaska. Y a la vuelta abrir el hogar para niños.
Tras vender todo lo que con mucho esfuerzo lograron reunir y armar una casilla rodante con colectivo Mercedes Benz 1114, a la cual bautizaron Atahualpa.
En cuanto a la educación de sus hijos Iruya (la más pequeña), Margarita y Rufino (el mayor de 6 años), Gerardo planteo que la educación formal la reciben en formato a distancia. Pero remarca que existe una educación informal pero muy importante que les llega de las vivencias del viaje en el que desde ver ballenas, pingüinos, conocieron el glaciar Perito Moreno, las cuevas de las manos, etc.
Como parte de los sueños a cumplir llevan en su casa con ruedas, como la identifican, un pelotero, un cine movil que con los trucos de magia que sabe y malabares de su esposa, visitan merenderos para compartir momento con los niños.
EL VIAJE DE ALAS POR EL MUNDO
A fines del años pasado pusieron en marcha su sueño, partiendo desde San Pedro y recorriendo la provincia de Entre Ríos, para luego llegar a Buenos Aires y desde ahí recorrer en el verano la costa atlántica.
Tomaron rumbo Sur por la Ruta 3 y llegaron a Ushuaia; desde donde comenzaron a remontar el continente por la mítica ruta 40 con la intensión de llegar a Alaska por la cordillera en paralelo al océano pacifico.
Si bien tomaron la determinación al llegar a Bariloche, tras venir con nieve y frío desde el mes de marzo; los llevó a tomar la determinación de viajar hacia el centro del país por la ruta 22 con rumbo a Río Colorado y desde ahí viajar en el invierno, con un clima mas contemplativo, recorrer el centro del país y retomar el viaje con mejores temperaturas desde, posiblemente Mendoza, con destino a Alaska.